La actuación de los paises del norte de Europa y del BCE pueden hoy provocar la destrucción del euro.
En España está en peligro nada menos la estabilidad del país, algo que nunca había ocurrido desde la guerra civil, y la mayoría de los economistas del gobierno no parecen saber con la deseable precisión lo que está ocurriendo. Por desgracia, la hoja de ruta que alguien ha asignado a ese país,–reducir el déficit, recortar los gastos y la inversión pública, etc- y que el gobierno está siguiendo a pesar de causar más crisis y paro, nunca será correspondida por un apoyo financiero europeo. Pueden estar seguros de ello. Lo que persigue es la intervención de ese país y, en ultima instancia, su quiebra.
En España está en peligro nada menos la estabilidad del país, algo que nunca había ocurrido desde la guerra civil, y la mayoría de los economistas del gobierno no parecen saber con la deseable precisión lo que está ocurriendo. Por desgracia, la hoja de ruta que alguien ha asignado a ese país,–reducir el déficit, recortar los gastos y la inversión pública, etc- y que el gobierno está siguiendo a pesar de causar más crisis y paro, nunca será correspondida por un apoyo financiero europeo. Pueden estar seguros de ello. Lo que persigue es la intervención de ese país y, en ultima instancia, su quiebra.
1.- Situación actual
El tema es demasiado
sencillo, por lo descarnado: Se están colocando todas las piezas con el único
objetivo de intervenir a España. Ya han quebrado a Grecia, e intervenido Portugal e Irlanda,
ahora le toca el turno a España.
El papel que alguien ha
reservado a España es el de un lugar de turismo agradable para los jubilados
del norte, sin más industria ni sectores productivos que la necesaria para
los negocios del ocio. Esto es, para
los españoles, italianos portugueses y griegos alguien ha dibujado el papel de
entretener a los ciudadanos del norte industrial de Europa y de una Inglaterra
especializada en servicios financieros. Es todo el papel que han concedido a España en el panorama estratégico mundial.
Las previsiones estratégicas que alguien ha trazado a
espaldas de nuestros representantes democráticos parece que buscan
conseguir una España que acepte el dictado de ese plan estratégico con
mansedumbre, necesitada de las pequeñas raciones de dinero precisas para
sobrevivir. Y para eso necesitan que España quiebre, o, al menos, sea
intervenida y que su gobierno sea sustituido por tecnócratas como los que ya
han colocado en Grecia, Portugal o, incluso Italia, expulsando a los dirigentes
democráticamente elegidos.
Lograr la desconfianza en el
euro ha sido necesario en primer lugar para Estados Unidos. Es la manera más sencilla para que el dólar
subsista como moneda de referencia mundial. Con ello intentan evitar que esa
moneda quiebre y se produzca una peligrosa caída para la economía mundial.
Desde el abandono del patrón oro en 1971 y la venta de la deuda americana a
China de forma masiva a cambio de que ésta no elevara la cotización del yuan,
el dólar se encuentra casi herido de muerte y no le quedan muchas salidas. La crisis actual del euro no es más –ni menos-
que una respuesta de USA a los intentos de los años anteriores por parte de
China y Rusia para quitar al dólar el puesto de moneda de referencia,
sustituyéndola por una cesta de monedas con especial participación del euro.
Ahora ya nadie confía en el euro. Lo han logrado. El dólar ha vuelto a ser la moneda
indiscutible de referencia.
Pero ese sustento de su
moneda, que por otra parte necesitan permanecer devaluada para ayudar a sus
exportaciones la están realizando de
forma totalmente imprudente y despiadada, como suele realizarse por desgracia
la política internacional, sin pensar en los desastres sociales que pueden
provocar ni en los millones de familias destruidas cuya angustia clama al
cielo.
Pero también a los países
europeos del norte de Europa les conviene la quiebra de España –a al menos su
intervención-, de forma que de esa forma se pliegue con mansedumbre a ese papel
estratégico que alguien ha concedido a los países europeos del sur de Europa de
ser palmeros o camareros de los ciudadanos del norte que vayan a jubilarse a
esas tierras, a cambio de los escasos préstamos necesarios para sobrevivir y obedeciendo
sin miramientos las órdenes que se les dicta.
2.- Estrategia necesaria
Una vez expuesta la situación actual del tablero de
juego, permítaseme dibujar de forma sucinta la que sería, a mi juicio, la
estrategia necesaria por parte de España y de los paises del sur de Europa para
defenderse o, al menos, lograr que no apliquen de forma tan brutal sus
pretensiones.
El euro es fundamental para lograr la Europa Unida que la
mayoría d elos europeos desean y es deseable su mantenimiento. Pero en el
momento actual se ha convertido en una trampa muy peligrosa para esos paises.
Cuando comenzó a circular, el
cambio se encontraba a 0,9 dólares. Poco después comenzó a revaluarse hasta
llegar casi a 1,59 dólares por euro, -nada menos que casi el doble que al
comienzo-, y aún hoy continúa a 1,26 dólares. Con el euro a ese altísimo nivel las materias
primas salían baratas, colaborando a bajar la inflación, pero con ello comenzó
una lenta y continua destrucción de casi todas la industrias del sur de Europa,
incapaz no ya de exportar a precios competitivos, sino siquiera de fabricar a
precios comparables con los de importar los productos que ellas producían. Poco a poco España se fue quedando sin
industrias, y sus principales regiones industriales, como el País Vasco o
Cataluña, se fueron arruinando. Nótese el aspecto lamentable ofrecen hoy esas
regiones, con sus fábricas cerradas y una conflictividad social –especialmente
en Cataluña- a punto de explosión. Como
entonces se vivía en pleno boom, provocado por el brutal descenso de los tipos
de interés que realizaron la FED
y el BCE al unísono, ni se daban cuenta del cierre progresivo de su industria.
Pero no sólo desapareció la
industria con la brutal subida del euro. El turismo, principal fuente de
ingresos, se fue resintiendo cada vez más. Poco a poco era mucho más barato
veranear en el Caribe que en España, y se daba incluso la paradoja de que el coste
de vivir permanente en un crucero con todos los gastos pagados era bastante más
barato que la vida corriente en Madrid. Hace unos días el principal responsable
de la patronal del turismo suplicaba de forma patética a los españoles que
veranearan en España. Y el euro, aún hoy, sigue a 1,26 dólares.
Alemania, -y en menor medida
Suecia y Finlandia-, no sufrieron en absoluto el problema de su
desindustrialización, por cuanto disponen de una gran cantidad de productos únicos, - esto es, que sólo
ellos pueden producir en el mundo-, especialmente en el campo de la maquinaria,
la ingeniería, la metalurgia y el automóvil.
Debido a esa seguridad, tradicionalmente su política ha consistido en
mantener sus monedas lo más altas posibles de forma que las importaciones de
materias primas les salgan muy baratas.
¿Qué esta ocurriendo en la
actualidad? Sencillamente, Alemania esta vendiendo llave en mano a los chinos,
indios, y demás economías emergentes -fuertemente competitivas al mantener su
moneda y mano de obra muy baratas- todas las plantas industriales que necesitan
para vender sus productos baratos al resto del mundo. En el momento actual
únicamente los alemanes están capacitados para hacerlo.
Visto desde ese punto de
vista, lo que está ocurriendo en realidad es que Alemania está montando a esos
países emergentes las fábricas que han tenido que cerrar en los nuestros y,
además, se ha trasvasado a ellos gran parte del turismo que acudía al sur de
Europa, especialmente a España.
Por eso, para España, Italia,
Grecia y Portugal es absolutamente necesario que el euro vuelva al cambio que
tenía con el dólar cuando entró en circulación (0,9 dólares por euro). Se trata
de algo de justicia, pues lo que ha ocurrido con el manejo de las monedas, que
puede tildarse de escandaloso sin caer en exageraciones, se ha configurado en
realidad como un gran atraco a las economías del sur de Europa, determinando su
desindustrialización con un tremendo aumento del paro que peligra con provocar
a corto plazo un brutal accidente social.
Pero que el euro baje no es
fácil. Hay una fuerte oposición de Alemania, que intenta mantener el euro alto
para seguir ganando el doble de dinero al haber subido artificialmente casi al
doble el euro y que le sean más baratas las materias primas de las que carece, y también de Estado Unidos, que precisa de un dólar por debajo
del euro para ser más competitiva que Europa en estos tiempos difíciles.
En este panorama, es
significativo que los tipos de interés en Europa aún hoy se hayan mantenido artificialmente al 1,5% y 1% en lugar de al 0% como en Estado Unidos, Canadá, Japón,
Suiza o Inglaterra, sin más razón que la de sostener una cotización
artificialmente alta del euro, a pesar de ser totalmente necesario que bajaran lo
lo más posible para poder sobrellevar la crisis financiera y animar la
circulación de dinero, al estar todos los bancos quebrados y con el crédito
parado desde hace ya cinco años. Esa falta de crédito es la responsable última
del continuo estrangulamiento de las empresas que aún quedan, y del paro
subsiguiente.
El tema de hoy es, por
desgracia, que España necesita dinero, simple liquidez. Como consecuencia de
la crisis financiera en la que el mundo está sumido, todos los países necesitan
liquidez, especialmente los más golpeados por la guerra económica a la que asistimos.
Al bajar bruscamente el valor
de los activos de los bancos como consecuencia de la brutal subida de tipos de
interés llevada a cabo en el 2007, -de nuevo de forma coordinada por la FED y el BCE-, todos los
bancos se encontraron con que estaban en quiebra al ser su activo mucho menor
que su pasivo. En esa situación, dejaron
de prestarse unos a otros por temor a
perder sus activos monetarios y se paralizó el mercado interbancario,
autentico corazón del sistema económico, que actúa como la bomba que hace
circular el dinero entre ellos, permitiendo que el mismo euro pueda ser
prestado a las empresas muchas veces, y poder iniciar la realización de nuevos
contratos o actividades, creando riqueza y trabajo.
El parón del mercado
interbancario supone que, de pronto, el dinero que antes había en el mercado,
parezca que desaparece de golpe. No hay
dinero. Al haberse prestado diez veces el mismo euro, creando la riqueza
equivalente, al paralizarse la bomba y
paralizarse el crédito, en realidad de
pronto sólo parece quedar únicamente una décima parte del dinero que hace cinco
años. No hay dinero.
Al no haber dinero, los bienes
empiezan a bajar de valor, y al no haber crédito las empresas se van
paralizando y, como además los bancos les exigen los antiguos préstamos sin
renovárselos, comenzaron poco a poco a quebrar. El paso siguiente fue que los
países afectados comenzaron a ver disminuir drásticamente sus ingresos,
aumentando de forma alarmante su déficit, necesitando cada vez más aumentar su
deuda pública acudiendo a la financiación exterior. Sin embargo, la falta de
liquidez ha hecho imposible que nadie acuda a las subastas de deuda pública.
¿Cómo respondieron a esa
perentoria necesidad de financiación los países? De la forma lógica: Creando
nuevo dinero y prestándole al estado todo aquello que necesite al 0% de
interés. Es decir, sin interés para no crear un nuevo problema presupuestario
por el pago del servicio de la deuda. Es una solución que no ataca la base del
problema, pero al menos evita que un estado se quede sin caja y quiebre, como
ya les ha ocurrido a algunos bancos y a Grecia.
Es curioso oir a algunos
economistas, ignorantes de lo que está pasando – o con mala fe-, advertir del
peligro de inflación al crear nuevo dinero. ¿Cómo va a producirse inflación si
como consecuencia de la paralización del interbancario en todo el mundo, en
este momento hay únicamente la décima parte de dinero que había en el mundo hace solo cinco años? La
única inflación posible es la debida a los precios de las materias primas, pero
los préstamos al 0% a los estados
podrían alcanzar grandes cantidades sin ningún riesgo en el momento actual. En
teoría, podrían autoprestarse hasta diez veces el dinero existente en
circulación sin crear inflación. Cuando
el interbancario se restablezca, podría haber algún peligro de que ese nuevo
dinero inyectado en el sistema produjera inflación, pero no en este momento. Y cuando
así sucediera se corregiría fácilmente con la propia política monetaria.
El problema actual es mucho
más grave: Un estado –como un banco- no puede quedarse sin caja, porque la
quiebra equivale al desastre social, político, y puede desembocar en graves
conflictos bélicos.
Tres acciones estratégicas son
necesarias:
1.- Que el euro vuelva a su cambio con
el dólar cuando entró en circulación, es decir 0,9 euros/dólar
2.- Que los tipos de interés al que
presta el dinero el BCE bajen al 0%
3: Que el BCE de crédito directo a los
estados en la cantidad en que necesiten.
4.- En el caso de que los países del norte de Europa o el BCE no aceptaran restaurar la situación, España debería comenzar a imprimir euros por su cuenta de manera inmediata y con toda la publicidad posible.
4.- En el caso de que los países del norte de Europa o el BCE no aceptaran restaurar la situación, España debería comenzar a imprimir euros por su cuenta de manera inmediata y con toda la publicidad posible.
3.- Conclusiones
Como
se decía al principio, los ajustes de gastos superfluos son necesarios, pero no
son el principal problema en el momento actual. El problema actual consiste en
que el estado necesita dinero, pero en breve tiempo, el mercado de deuda,
manejado por las agencias de rating extranjeras y exiguo por la ausencia de
dinero, se estrangulará y España entra en default, es decir, en quiebra.
¿Que
hay que hacer cuando se necesita dinero cash? pedir un credito. A través del
mercado de deuda, que esta totalmente manejado, ya no es posible. No queda más remedio que exigir a Europa y al
BCE que preste directamente al estado lo que necesite. La única solución, ya no sólo razonable si no
posible para paliar la crisis consiste en que el BCE preste al estado el dinero
que necesite al 0%.
Si
Europa y el BCE se negaran a comprar deuda española, habría que hacerles ver
que, en ese caso, España se vería obligada a comenzar a imprimir euros por sí
sola. Nada de salir del euro, que sería una solución muy traumática, IMPRIMIR
EUROS para prestárselos al estado al 0% como están haciendo USA, Canada, Suiza
Japon o Inglaterra a través de sus propios bancos centrales, logrando paliar la
crisis.
España
tiene una deuda pública de sólo el 68% del PIB, mientras que Inglaterra el 80%
Alemania el 82% Francia el 86% Bélgica el 100% e Italia el 120%, con lo que
podría aumentar el nivel de endeudamiento razonable en un 10% adicional durante
al menos los próximos 5 años y evitar que los “mercados” jueguen con ella hasta
destruirla convertida en la próxima Grecia.
Si
España y los paises del sur de Europa plantean seriamente esa reclamación al
BCE y a los paises del norte, muy probablemente aceptarán de inmediato
restablecer el euro a como estaba cuando entró en circulación, 0,9 dólares, y bajar
los intereses al 0% y prestar directamente a los estados, al menos a España,
pues, en el caso de que imprimiera directamente euros, y con publicidad,
supondría un “desorden” de los que no les gusta nada al sistema actual, como
demostró cuando hizo quebrar a Grecia, que pondría en muy serios aprietos al
propio euro peligrando, incluso, con causar su destrucción.
No
es únicamente una cuestión de justicia debido a haber sido víctimas de ese
escandaloso manejo del euro y haber sido el BCE el causante de la situación. Es
que, por desgracia, es la única solución existente.
Analizando
por último el peor escenario posible, el de una hipotética desaparición del
euro como moneda si los paises del norte y el BCE, con su negativa a restaurar las cosas, provocaran que España y los demás países del sur de Europa comenzaran a
imprimir euros de forma desordenada, tampoco produciría a estos últimos más que una pequeña
parte de las terribles consecuencias que les va a producir la quiebra que
parecen tenerles preparada.
Para
Alemania y otros países del norte, la desaparición del euro sería un golpe muy duro,
pero la quiebra – ya aplicada a Grecia y que tienen preparada ahora para
España- ya está a las puertas, y sería un golpe muchísimo más duro para España,
provocando un conflicto social y político que probablemente causara millones de
víctimas, destruiría millones de familias, y tensaría hasta el extremo la
crispación política entre sus comunidades autónomas con un desenlace
imprevisible. Hay que evitar en todo lo
posible llegar a la destrucción del euro, pero si tras agotar todas las
negociaciones no hubiera más remedio que imprimir, provocando los paises del
norte y el BCE, con su negativa a restaurar las cosas, la destrucción del euro, no sería
un escenario tan desastroso como algunos agoreros anuncian y habría que
afrontarlo con decisión. En última instancia la situación –tanto del aumento de deuda como de impresión directa de euros, como la de una hipótetica desaparición de la moneda única- obligaría a los países de Europa a renegociar sus relaciones económicas de forma justa.
Si
en España hay hoy casi seis millones de personas sin trabajo, con muchas de sus
familias destruidas, cuya angustia lleva ya mas de cinco años clamando al
cielo, en el caso de quebrar el país el desastre podría provocar incluso una
nueva guerra civil, e incluso la desaparición del propio país. Ese escenario no es posible para ese país.
De
que el BCE acepte restaurar el euro a como estaba antes del gran atraco perpetrado a los paises del sur, y acepte dar crédito directo al 0% a los
estados que lo necesiten, o que, en caso contrario, España comience a imprimir
euros, depende hoy el futuro de España, y también el de Europa.
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