sábado, 2 de junio de 2012

LA DESTRUCCION DE EURO (THE DESTRUCTION OF THE EURO))



La actuación de los paises del norte de Europa y del BCE pueden hoy provocar la destrucción del euro. 
En España está en peligro nada menos la estabilidad del país, algo que nunca había ocurrido desde la guerra civil, y la mayoría de los economistas del gobierno no parecen saber con la deseable precisión lo que está ocurriendo.  Por desgracia, la hoja de ruta que alguien ha asignado a ese país,–reducir el déficit, recortar los gastos y la inversión pública, etc- y que el gobierno está siguiendo a pesar de causar más crisis y paro, nunca será correspondida por un apoyo financiero europeo.  Pueden estar seguros de ello. Lo que persigue es la intervención de ese país y, en ultima instancia, su quiebra.

1.- Situación actual

El tema es demasiado sencillo, por lo descarnado: Se están colocando todas las piezas con el único objetivo de intervenir a España. Ya han quebrado a Grecia, e intervenido Portugal e Irlanda, ahora le toca el turno a España.

El papel que alguien ha reservado a España es el de un lugar de turismo agradable para los jubilados del norte, sin más industria ni sectores productivos que la necesaria para los negocios del ocio.   Esto es, para los españoles, italianos portugueses y griegos alguien ha dibujado el papel de entretener a los ciudadanos del norte industrial de Europa y de una Inglaterra especializada en servicios financieros. Es todo el papel que han concedido a España en el panorama estratégico mundial.

Las previsiones estratégicas que alguien ha trazado a espaldas de nuestros representantes democráticos parece que buscan conseguir una España que acepte el dictado de ese plan estratégico con mansedumbre, necesitada de las pequeñas raciones de dinero precisas para sobrevivir. Y para eso necesitan que España quiebre, o, al menos, sea intervenida y que su gobierno sea sustituido por tecnócratas como los que ya han colocado en Grecia, Portugal o, incluso Italia, expulsando a los dirigentes democráticamente elegidos.

Lograr la desconfianza en el euro ha sido necesario en primer lugar para Estados Unidos.  Es la manera más sencilla para que el dólar subsista como moneda de referencia mundial. Con ello intentan evitar que esa moneda quiebre y se produzca una peligrosa caída para la economía mundial. Desde el abandono del patrón oro en 1971 y la venta de la deuda americana a China de forma masiva a cambio de que ésta no elevara la cotización del yuan, el dólar se encuentra casi herido de muerte y no le quedan muchas salidas.   La crisis actual del euro no es más –ni menos- que una respuesta de USA a los intentos de los años anteriores por parte de China y Rusia para quitar al dólar el puesto de moneda de referencia, sustituyéndola por una cesta de monedas con especial participación del euro. Ahora ya nadie confía en el euro. Lo han logrado.  El dólar ha vuelto a ser la moneda indiscutible de referencia.

Pero ese sustento de su moneda, que por otra parte necesitan permanecer devaluada para ayudar a sus exportaciones la están realizando de forma totalmente imprudente y despiadada, como suele realizarse por desgracia la política internacional, sin pensar en los desastres sociales que pueden provocar ni en los millones de familias destruidas cuya angustia clama al cielo.

Pero también a los países europeos del norte de Europa les conviene la quiebra de España –a al menos su intervención-, de forma que de esa forma se pliegue con mansedumbre a ese papel estratégico que alguien ha concedido a los países europeos del sur de Europa de ser palmeros o camareros de los ciudadanos del norte que vayan a jubilarse a esas tierras, a cambio de los escasos préstamos necesarios para sobrevivir y obedeciendo sin miramientos las órdenes que se les dicta.

2.- Estrategia necesaria

Una vez  expuesta la situación actual del tablero de juego, permítaseme dibujar de forma sucinta la que sería, a mi juicio, la estrategia necesaria por parte de España y de los paises del sur de Europa para defenderse o, al menos, lograr que no apliquen de forma tan brutal sus pretensiones.

El euro es fundamental  para lograr la Europa Unida que la mayoría d elos europeos desean y es deseable su mantenimiento. Pero en el momento actual se ha convertido en una trampa muy peligrosa para esos paises.

Cuando comenzó a circular, el cambio se encontraba a 0,9 dólares. Poco después comenzó a revaluarse hasta llegar casi a 1,59 dólares por euro, -nada menos que casi el doble que al comienzo-, y aún hoy continúa a 1,26 dólares.  Con el euro a ese altísimo nivel las materias primas salían baratas, colaborando a bajar la inflación, pero con ello comenzó una lenta y continua destrucción de casi todas la industrias del sur de Europa, incapaz no ya de exportar a precios competitivos, sino siquiera de fabricar a precios comparables con los de importar los productos que ellas producían.  Poco a poco España se fue quedando sin industrias, y sus principales regiones industriales, como el País Vasco o Cataluña, se fueron arruinando. Nótese el aspecto lamentable ofrecen hoy esas regiones, con sus fábricas cerradas y una conflictividad social –especialmente en Cataluña- a punto de explosión.  Como entonces se vivía en pleno boom, provocado por el brutal descenso de los tipos de interés que realizaron la FED y el BCE al unísono, ni se daban cuenta del cierre progresivo de su industria.

Pero no sólo desapareció la industria con la brutal subida del euro. El turismo, principal fuente de ingresos, se fue resintiendo cada vez más. Poco a poco era mucho más barato veranear en el Caribe que en España, y se daba incluso la paradoja de que el coste de vivir permanente en un crucero con todos los gastos pagados era bastante más barato que la vida corriente en Madrid. Hace unos días el principal responsable de la patronal del turismo suplicaba de forma patética a los españoles que veranearan en España. Y el euro, aún hoy, sigue a 1,26 dólares.

Alemania, -y en menor medida Suecia y Finlandia-, no sufrieron en absoluto el problema de su desindustrialización, por cuanto disponen de una gran cantidad de productos únicos, - esto es, que sólo ellos pueden producir en el mundo-, especialmente en el campo de la maquinaria, la ingeniería, la metalurgia y el automóvil.  Debido a esa seguridad, tradicionalmente su política ha consistido en mantener sus monedas lo más altas posibles de forma que las importaciones de materias primas les salgan muy baratas.

¿Qué esta ocurriendo en la actualidad? Sencillamente, Alemania esta vendiendo llave en mano a los chinos, indios, y demás economías emergentes -fuertemente competitivas al mantener su moneda y mano de obra muy baratas- todas las plantas industriales que necesitan para vender sus productos baratos al resto del mundo. En el momento actual únicamente los alemanes están capacitados para hacerlo.
Visto desde ese punto de vista, lo que está ocurriendo en realidad es que Alemania está montando a esos países emergentes las fábricas que han tenido que cerrar en los nuestros y, además, se ha trasvasado a ellos gran parte del turismo que acudía al sur de Europa, especialmente a España.

Por eso, para España, Italia, Grecia y Portugal es absolutamente necesario que el euro vuelva al cambio que tenía con el dólar cuando entró en circulación (0,9 dólares por euro). Se trata de algo de justicia, pues lo que ha ocurrido con el manejo de las monedas, que puede tildarse de escandaloso sin caer en exageraciones, se ha configurado en realidad como un gran atraco a las economías del sur de Europa, determinando su desindustrialización con un tremendo aumento del paro que peligra con provocar a corto plazo un brutal accidente social.

Pero que el euro baje no es fácil. Hay una fuerte oposición de Alemania, que intenta mantener el euro alto para seguir ganando el doble de dinero al haber subido artificialmente casi al doble el euro y que le sean más baratas las materias primas de las que carece, y también de Estado Unidos, que precisa de un dólar por debajo del euro para ser más competitiva que Europa en estos tiempos difíciles. 

En este panorama, es significativo que los tipos de interés en Europa aún hoy se hayan mantenido artificialmente al 1,5% y 1% en lugar de al 0% como en Estado Unidos, Canadá, Japón, Suiza o Inglaterra, sin más razón que la de sostener una cotización artificialmente alta del euro, a pesar de ser totalmente necesario que bajaran lo lo más posible para poder sobrellevar la crisis financiera y animar la circulación de dinero, al estar todos los bancos quebrados y con el crédito parado desde hace ya cinco años. Esa falta de crédito es la responsable última del continuo estrangulamiento de las empresas que aún quedan, y del paro subsiguiente.

El tema de hoy es, por desgracia, que España necesita dinero, simple liquidez. Como consecuencia de la crisis financiera en la que el mundo está sumido, todos los países necesitan liquidez, especialmente los más golpeados por la guerra económica a la que asistimos.
Al bajar bruscamente el valor de los activos de los bancos como consecuencia de la brutal subida de tipos de interés llevada a cabo en el 2007, -de nuevo de forma coordinada por la FED y el BCE-, todos los bancos se encontraron con que estaban en quiebra al ser su activo mucho menor que su pasivo.  En esa situación, dejaron de prestarse unos a otros por temor a  perder sus activos monetarios y se paralizó el mercado interbancario, autentico corazón del sistema económico, que actúa como la bomba que hace circular el dinero entre ellos, permitiendo que el mismo euro pueda ser prestado a las empresas muchas veces, y poder iniciar la realización de nuevos contratos o actividades, creando riqueza y trabajo.

El parón del mercado interbancario supone que, de pronto, el dinero que antes había en el mercado, parezca que desaparece de golpe.  No hay dinero. Al haberse prestado diez veces el mismo euro, creando la riqueza equivalente,  al paralizarse la bomba y paralizarse el crédito,  en realidad de pronto sólo parece quedar únicamente una décima parte del dinero que hace cinco años. No hay dinero.
Al no haber dinero, los bienes empiezan a bajar de valor, y al no haber crédito las empresas se van paralizando y, como además los bancos les exigen los antiguos préstamos sin renovárselos, comenzaron poco a poco a quebrar. El paso siguiente fue que los países afectados comenzaron a ver disminuir drásticamente sus ingresos, aumentando de forma alarmante su déficit, necesitando cada vez más aumentar su deuda pública acudiendo a la financiación exterior. Sin embargo, la falta de liquidez ha hecho imposible que nadie acuda a las subastas de deuda pública.

¿Cómo respondieron a esa perentoria necesidad de financiación los países? De la forma lógica: Creando nuevo dinero y prestándole al estado todo aquello que necesite al 0% de interés. Es decir, sin interés para no crear un nuevo problema presupuestario por el pago del servicio de la deuda. Es una solución que no ataca la base del problema, pero al menos evita que un estado se quede sin caja y quiebre, como ya les ha ocurrido a algunos bancos y a Grecia.

Es curioso oir a algunos economistas, ignorantes de lo que está pasando – o con mala fe-, advertir del peligro de inflación al crear nuevo dinero. ¿Cómo va a producirse inflación si como consecuencia de la paralización del interbancario en todo el mundo, en este momento hay únicamente la décima parte de dinero que   había en el mundo hace solo cinco años? La única inflación posible es la debida a los precios de las materias primas, pero los préstamos al 0%  a los estados podrían alcanzar grandes cantidades sin ningún riesgo en el momento actual. En teoría, podrían autoprestarse hasta diez veces el dinero existente en circulación sin crear inflación.   Cuando el interbancario se restablezca, podría haber algún peligro de que ese nuevo dinero inyectado en el sistema produjera inflación, pero no en este momento. Y cuando así sucediera se corregiría fácilmente con la propia política monetaria.

El problema actual es mucho más grave: Un estado –como un banco- no puede quedarse sin caja, porque la quiebra equivale al desastre social, político, y puede desembocar en graves conflictos bélicos.

Tres acciones estratégicas son necesarias:

1.- Que el euro vuelva a su cambio con el dólar cuando entró en circulación, es decir 0,9 euros/dólar

2.- Que los tipos de interés al que presta el dinero el BCE bajen  al 0%

3: Que el BCE de crédito directo a los estados en la cantidad en que necesiten.

4.- En el caso de que los países del norte de Europa o el BCE no aceptaran restaurar la situación, España debería comenzar a imprimir euros por su cuenta de manera inmediata y con toda la publicidad posible.

3.- Conclusiones

Como se decía al principio, los ajustes de gastos superfluos son necesarios, pero no son el principal problema en el momento actual. El problema actual consiste en que el estado necesita dinero, pero en breve tiempo, el mercado de deuda, manejado por las agencias de rating extranjeras y exiguo por la ausencia de dinero, se estrangulará y España entra en default, es decir, en quiebra.

¿Que hay que hacer cuando se necesita dinero cash? pedir un credito. A través del mercado de deuda, que esta totalmente manejado, ya no es posible.  No queda más remedio que exigir a Europa y al BCE que preste directamente al estado lo que necesite.  La única solución, ya no sólo razonable si no posible para paliar la crisis consiste en que el BCE preste al estado el dinero que necesite al 0%.

Si Europa y el BCE se negaran a comprar deuda española, habría que hacerles ver que, en ese caso, España se vería obligada a comenzar a imprimir euros por sí sola. Nada de salir del euro, que sería una solución muy traumática, IMPRIMIR EUROS para prestárselos al estado al 0% como están haciendo USA, Canada, Suiza Japon o Inglaterra a través de sus propios bancos centrales, logrando paliar la crisis.
España tiene una deuda pública de sólo el 68% del PIB, mientras que Inglaterra el 80% Alemania el 82% Francia el 86% Bélgica el 100% e Italia el 120%, con lo que podría aumentar el nivel de endeudamiento razonable en un 10% adicional durante al menos los próximos 5 años y evitar que los “mercados” jueguen con ella hasta destruirla convertida en la próxima Grecia.

Si España y los paises del sur de Europa plantean seriamente esa reclamación al BCE y a los paises del norte, muy probablemente aceptarán de inmediato restablecer el euro a como estaba cuando entró en circulación, 0,9 dólares, y bajar los intereses al 0% y prestar directamente a los estados, al menos a España, pues, en el caso de que imprimiera directamente euros, y con publicidad, supondría un “desorden” de los que no les gusta nada al sistema actual, como demostró cuando hizo quebrar a Grecia, que pondría en muy serios aprietos al propio euro peligrando, incluso, con causar su destrucción. 
No es únicamente una cuestión de justicia debido a haber sido víctimas de ese escandaloso manejo del euro y haber sido el BCE el causante de la situación. Es que, por desgracia, es la única solución existente.

Analizando por último el peor escenario posible, el de una hipotética desaparición del euro como moneda si los paises del norte y el BCE, con su negativa a restaurar las cosas, provocaran que España y los demás países del sur de Europa comenzaran a imprimir euros de forma desordenada,  tampoco produciría a estos últimos más que una pequeña parte de las terribles consecuencias que les va a producir la quiebra que parecen tenerles preparada. 

Para Alemania y otros países del norte, la desaparición del euro sería un golpe muy duro, pero la quiebra – ya aplicada a Grecia y que tienen preparada ahora para España- ya está a las puertas, y sería un golpe muchísimo más duro para España, provocando un conflicto social y político que probablemente causara millones de víctimas, destruiría millones de familias, y tensaría hasta el extremo la crispación política entre sus comunidades autónomas con un desenlace imprevisible.  Hay que evitar en todo lo posible llegar a la destrucción del euro, pero si tras agotar todas las negociaciones no hubiera más remedio que imprimir, provocando los paises del norte y el BCE, con su negativa a restaurar las cosas, la destrucción del euro, no sería un escenario tan desastroso como algunos agoreros anuncian y habría que afrontarlo con decisión. En  última instancia la situación –tanto del aumento de deuda como de impresión directa de euros, como la de una hipótetica desaparición de la moneda única- obligaría a los países de Europa a renegociar sus relaciones económicas de forma justa.

Si en España hay hoy casi seis millones de personas sin trabajo, con muchas de sus familias destruidas, cuya angustia lleva ya mas de cinco años clamando al cielo, en el caso de quebrar el país el desastre podría provocar incluso una nueva guerra civil, e incluso la desaparición del propio país. Ese escenario no es posible para ese país.

De que el BCE acepte restaurar el euro a como estaba antes del gran atraco perpetrado a los paises del sur, y acepte dar crédito directo al  0% a los estados que lo necesiten, o que, en caso contrario, España comience a imprimir euros, depende hoy el futuro de España, y también el de Europa.